El mundo desde mi pecera

"Dicen que la memoria de algunos peces apenas supera unos pocos segundos. Tiene gracia si vives en una pecera: a cada vuelta, puedes descubrir y descubrir, una y otra vez, el mismo castillo sumergido. También tiene su inconveniente siniestro. La memoria del pez es tan corta que, a cada rato, debe acordarse de respirar. Toda su vida se resume en una infinita sensación de ahogo."

domingo, 17 de febrero de 2019




El espejo durmiendo en mi cuerpo.
La lámpara fría comiendo
lentamente mis pies.
El  mar en mis ojos.
El aire en mis manos.
La puerta entreabierta
acuchillando mi nombre.
Y veo
nubes de silencio
abrazadas a los árboles caídos.
Y vos,
recostado en mis párpados
mientras una luz
llora en mis ojos,
y un pez nada en mi
 vientre vacío.
Y gritos silenciosos
se ocultan
en el borde de la ausencia.
Y aquí la nada.
La nada sentada en mi regazo
cantando un canción de cuna.

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