El mundo desde mi pecera

"Dicen que la memoria de algunos peces apenas supera unos pocos segundos. Tiene gracia si vives en una pecera: a cada vuelta, puedes descubrir y descubrir, una y otra vez, el mismo castillo sumergido. También tiene su inconveniente siniestro. La memoria del pez es tan corta que, a cada rato, debe acordarse de respirar. Toda su vida se resume en una infinita sensación de ahogo."

jueves, 15 de diciembre de 2011

El trabajo en equipo.

   Trabajo en un lugar sin nombre, repleto de gente sin nombre que camina por los pasillos con la mirada ausente y arrastra consigo tantas pero tantas frustraciones, miedos y dudas, que casi no pueden caminar. Llegan a las 6 en punto y fichan. Se sientan en su escritorio, ese que le designaron hace años y que no han cambiado y que creen suyo, ese, que se ha convertido en su pequeño mundo, aislados. Se sientan frente a la computadora y levantan la vista de vez en cuando, solo para asegurarse de que ninguno de sus compañeros de trabajo esté haciendo algo que pueda molestarlos. Cuanto más tiempo llevan trabajado allí más es la oscuridad que los embarga, oculta tras un manto de risas falsas pero evidente en las esquivas miradas y los comentarios sarcásticos, único modo que tienen de canalizar su envidia y su ambición frustrada. El nuevo siempre cargará por un tiempo sobre su espalda ojos y susurros, quizás pequeñas maldades, él sufrirá, pero no por mucho tiempo porque pronto será uno de ellos.
Alguien prepara el mate y el resto lo festeja, luego dirán que es lo único que hace; alguien se ofrece a ayudar porque ha terminado su parte del trabajo, aceptan contentos la oferta con adulaciones por su rapidez, después dirán que quiere que todos crean que es el mejor; alguien propone una nueva forma de realizar el trabajo, todos lo miran en silencio, no fue necesario decirle nada, entendió que las cosas son como son cuando uno llega y lo nuevo no es bien aceptado. Al final de la jornada, mientras se van preparando para irse, algunos charlan, y mientras se saludan y se despiden, hablan de lo bello que es trabajar entre ellos, "así en equipo las cosas se hacen mejor" dice uno, pensando en cómo lograr fastidiar el trabajo del otro mañana.

Aquí les traigo este pequeño cuento que al leerlo por primera vez no dudé en llevarlo a mi trabajo, reunirlos a todos y leerselos, a todos les encantó, obviamente, pero todos sabemos lo que estaban pensando.




 Asamblea en la carpintería


Hubo en la carpintería una extraña asamblea;
las herramientas se reunieron para arreglar sus
diferencias. El martillo fue el primero en ejercer
la presidencia, pero la asamblea le notificó
que debía renunciar. ¿La causa? Hacía demasiado
ruido, y se pasaba el tiempo golpeando.
El martillo reconoció su culpa, pero pidió
que fuera expulsado el tornillo: había que darle
muchas vueltas para que sirviera de algo.
El tornillo aceptó su retiro, pero a su vez pidió
la expulsión de la lija: era muy áspera en su
trato y siempre tenía fricciones con los demás.
La lija estuvo de acuerdo, con la condición
de que fuera expulsado el metro, pues se la
pasaba midiendo a los demás, como si el fuera
perfecto.
En eso entró el carpintero, se puso el delantal
e inició su trabajo, utilizando alternativamente
el martillo, la lija, el metro y el tornillo
Al final, el trozo de madera se había
convertido en un lindo mueble.
Cuando la carpintería quedó sola otra vez, la
asamblea reanudó la deliberación. Dijo el
serrucho: “Señores, ha quedado demostrado
que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja
con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace
valiosos. Así que no pensemos ya en nuestras
flaquezas, y concentrémonos en nuestras
virtudes”. La asamblea encontró entonces que
el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba
solidez, la lija limaba asperezas y el metro era
preciso y exacto. Se sintieron como un equipo
capaz de producir hermosos muebles, y sus diferencias
pasaron a segundo plano.



Cuando el personal de un equipo de trabajo
suele buscar defectos en los demás, la situación se
vuelve tensa y negativa. En cambio, al tratar
con sinceridad de percibir los puntos fuertes de
los demás, florecen los mejores logros. Es fácil
encontrar defectos —cualquier necio puede
hacerlo—, pero encontrar cualidades es una
labor para los espíritus superiores que son
capaces de inspirar el éxito de los demás.



viernes, 9 de diciembre de 2011

La ranita sorda...


Si hay algo que más me cuesta modificar de mi personalidad es darle la importancia justa a las cosas y a las personas, me cuesta no sentirme herida cuando alguien me dice algo que me daña, pero a veces no vale la pena escuchar, y sin embargo lo hago y me afecta. Encontré este pequeño cuento y lo adoré, hay que hacer oídos sordos a todos aquellos que solo tienen palabras negativas para con nosotros, los que te tiran abajo, los que no te dejan ni soñar. Espero que les guste y les sirva para saber que nada ni nadie puede impedir que logres tus objetivos y seas feliz, siempre hacia adelante y luchando.

La ranita sorda

Un grupo de ranas viajaba por el bosque,
cuando de repente dos de ellas cayeron en un
pozo profundo. Las demás se reunieron
alrededor del agujero y, cuando vieron lo hondo
que era, le dijeron a las caídas que, para efectos
prácticos, debían darse por muertas. Sin
embargo, ellas seguían tratando de salir del
hoyo con todas sus fuerzas. Las otras les decían
que esos esfuerzos serían inútiles.
Finalmente, una de las ranas atendió a lo que
las demás decían, se dio por vencida y murió.
La otra continuó saltando con tanto esfuerzo
como le era posible. La multitud le gritaba que
era inútil pero la rana seguía saltando, cada vez
con más fuerza, hasta que finalmente salió del
hoyo. Las otras le preguntaron: “¿No
escuchabas lo que te decíamos?” La ranita les
explicó que era sorda, y creía que las demás
la estaban animando desde el borde aesforzarse
más y más para salir del hueco.





Moraleja:

La palabra tiene poder de vida y de muerte.
Una voz de aliento a alguien que se siente
desanimado puede ayudarle a terminar el día,
mientras que una palabra negativa puede
acabar por destruirlo. Cualquiera puede decir
palabras que roben a los demás el espíritu que
les permite seguir la lucha en medio de
tiempos difíciles. Tengamos cuidado con lo que
decimos, pero sobre todo con lo que
escuchamos.

Del libro "La culpa es de la vaca"

La soledad de los números primos

    " Los números primos sólo son exactamente divisibles por 1 y por sí mismos. Ocupan su sitio en la infinita serie de los números naturales y están, como todos los demás, emparedados entre otros dos números, aunque ellos más separados entre sí. Son números solitarios, sospechosos, y por eso encantaban a Mattia, que unas veces pensaba que en esa serie figuraban por error, como perlas ensartadas en un collar, y otras veces que también ellos querrían ser como los demás, números normales y corrientes, y que por alguna razón no podían. (...)
En primer curso de la universidad había estudiado ciertos números primos más especiales que el resto, y a los que los matemáticos llaman primos gemelos: son parejas de primos sucesivos, o mejor, casi sucesivos, ya que entre ellos siempre hay un número par que les impide ir realmente unidos, como el 11 y el 13, el 17 y el 19, el 41 y el 43 (...)
Mattia pensaba que él y Alice eran eso, dos primos gemelos solos y perdidos, próximos pero nunca juntos."



Extracto del libro "La soledad de los números primos" de Paolo Giordano





"La palabra que sana"

Hojas en blanco sobre mi mesa,
paredes, viejos cuadernos,
no escribo mis palabras,
las vomito,
como quien sufre de
descompostura mental.


lunes, 8 de agosto de 2011

Sal con una chica que no lee

Salir con chicas que no leen/ Salir con chicas que leen

"Algunas razones para tener en mente al momento de escoger entre la chica del bar o la de la biblioteca, la del maquillaje corrido o la del morral repleto de libros."


 Sal con una chica que no lee (Por Charles Warnke)

    Sal con una chica que no lee. Encuéntrala en medio de la fastidiosa mugre de un bar del medio oeste. Encuéntrala en medio del humo, del sudor de borracho y de las luces multicolores de una discoteca de lujo. Donde la encuentres, descúbrela sonriendo y asegúrate de que la sonrisa permanezca incluso cuando su interlocutor le haya quitado la mirada. Cautívala con trivialidades poco sentimentales; usa las típicas frases de conquista y ríe para tus adentros. Sácala a la calle cuando los bares y las discotecas hayan dado por concluida la velada; ignora el peso de la fatiga. Bésala bajo la lluvia y deja que la tenue luz de un farol de la calle los ilumine, así como has visto que ocurre en las películas. Haz un comentario sobre el poco significado que todo eso tiene. Llévatela a tu apartamento y despáchala luego de hacerle el amor. Tíratela.

Deja que la especie de contrato que sin darte cuenta has celebrado con ella se convierta poco a poco, incómodamente, en una relación. Descubre intereses y gustos comunes como el sushi o la música country, y construye un muro impenetrable alrededor de ellos. Haz del espacio común un espacio sagrado y regresa a él cada vez que el aire se torne pesado o las veladas parezcan demasiado largas. Háblale de cosas sin importancia y piensa poco. Deja que pasen los meses sin que te des cuenta. Proponle que se mude a vivir contigo y déjala que decore. Peléale por cosas insignificantes como que la maldita cortina de la ducha debe permanecer cerrada para que no se llene de ese maldito moho. Deja que pase un año sin que te des cuenta. Comienza a darte cuenta.

Concluye que probablemente deberían casarse porque de lo contrario habrías perdido mucho tiempo de tu vida. Invítala a cenar a un restaurante que se salga de tu presupuesto en el piso cuarenta y cinco de un edificio y asegúrate de que tenga una vista hermosa de la ciudad. Tímidamente pídele al mesero que le traiga la copa de champaña con el modesto anillo adentro. Apenas se dé cuenta, proponle matrimonio con todo el entusiasmo y la sinceridad de los que puedas hacer acopio. No te preocupes si sientes que tu corazón está a punto de atravesarte el pecho, y si no sientes nada, tampoco le des mucha importancia. Si hay aplausos, deja que terminen. Si llora, sonríe como si nunca hubieras estado tan feliz, y si no lo hace, igual sonríe.

Deja que pasen los años sin que te des cuenta. Construye una carrera en vez de conseguir un trabajo. Compra una casa y ten dos hermosos hijos. Trata de criarlos bien. Falla a menudo. Cae en una aburrida indiferencia y luego en una tristeza de la misma naturaleza. Sufre la típica crisis de los cincuenta. Envejece. Sorpréndete por tu falta de logros. En ocasiones siéntete satisfecho pero vacío y etéreo la mayor parte del tiempo. Durante las caminatas, ten la sensación de que nunca vas regresar, o de que el viento puede llevarte consigo. Contrae una enfermedad terminal. Muere, pero solo después de haberte dado cuenta de que la chica que no lee jamás hizo vibrar tu corazón con una pasión que tuviera significado; que nadie va a contar la historia de sus vidas, y que ella también morirá arrepentida porque nada provino nunca de su capacidad de amar.

Haz todas estas cosas, maldita sea, porque no hay nada peor que una chica que lee. Hazlo, te digo, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. Hazlo porque una chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una alcanzable necesidad, en vez de algo maravilloso pero extraño a ti. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espacioso y desalmado de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama en demasía. Un vocabulario, maldita sea, que hace de mi sofística vacía un truco barato.

Hazlo porque la chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le ha enseñado que los momentos de ternura llegan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares –la vacilación en la respiración– que acompañan a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo countinuará, sin razón y sin propósito, después de que ella haya empacado sus maletas y pronunciado un inseguro adiós. Tiene claro que en su vida no seré más que unos puntos suspensivos y no una etapa, y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida.

Sal con una chica que no lee porque la que sí lo hace sabe de la importancia de la trama y puede rastrear los límites del prólogo y los agudos picos del clímax; los siente en la piel. Será paciente en caso de que haya pausas o intermedios, e intentará acelerar el desenlace. Pero sobre todo, la chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues se ha despedido ya de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza.

No salgas con una chica que lee porque ellas han aprendido a contar historias. Tú con la Joyce, con la Nabokov, con la Woolf; tú en una biblioteca, o parado en la estación del metro, tal vez sentado en la mesa de la esquina de un café, o mirando por la ventana de tu cuarto. Tú, el que me ha hecho la vida tan difícil. La lectora se ha convertido en una espectadora más de su vida y la ha llenado de significado. Insiste en que la narrativa de su historia es magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios son coloridos y el estilo atrevido. Tú, la chica que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero soy débil y te fallaré porque tú has soñado, como corresponde, con alguien mejor que yo y no aceptarás la vida que te describí al comienzo de este escrito. No te resignarás a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Por eso, largo de aquí, chica que lee; coge el siguiente tren que te lleve al sur y llévate a tu Hemingway contigo. Te odio, de verdad te odio.

jueves, 4 de agosto de 2011

Paradojas constantes del amor.

 (...)
Y no sé si quiero irme, o me quiero quedar.
Lo que sé es que ya no quiero que me duela más,
No... así que... no estaré. 

(...)
Y no volveré a dejar que mis lágrimas me impidan
Ver tanta belleza como tengo a mi alrededor;
Tan tejos te siento tan cerca
Y tan cerca te sentí tan lejos.

Ahora no me quejo, yo lo consentí,
Insistí en quererte.
Y ahora que no sé si insistír,
Tú insistes en quererme...
Paradoja constante del amor...
Cuando te vas, me quedo yo,
Cuando me voy, tú te quieres quedar,
Pero otra vez, no estaré...
No...

La próxima vez... no estaré...
La próxima vez... no estaré...
Aunque te eche de menos...
No estaré...
La próxima vez... no estaré...






*fragmentos de la canción "No estaré" de Bebe.
*Video de la película "me and you and everyone we know"

La vida secreta de las palabras.


"- He pensado que tú y yo, podríamos ir a algún sitio juntos, uno de estos días, hoy, ahora mismo... Ven conmigo Hanna.

- No... yo, creo que no va a ser posible...

-Por qué no?

-Porque si decidiéramos irnos a algún lugar juntos, me da miedo que un día, hoy no quizás, quizás mañana tampoco... pero un día, de repente, puede que empieze a llorar y a llorar y llore tanto que nada ni nadie pueda pararme, y que las lágrimas llenen la habitación, y que me falte el aire, y que te arrastre conmigo y que nos ahoguemos los dos.

- Aprenderé a nadar Hanna... Te lo juro, aprenderé a nadar."

        

  (fragmento de la película "la vida secreta de las palabras")




jueves, 14 de julio de 2011

La mujer que soy, la niña que fui.

     
     Mis recuerdos de la infancia son prácticamente nulos, solo fragmentos aislados, jugando en el jardín, en la vereda con mi hermano.. pero son solo flashes que ni siquera estoy segura de que hayan sido realmente como los recuerdo. Un instante en mi vida está grabado, recuerdo hasta los aromas, los gestos, el tono de voz, yo tendría unos 6 años, mis padres se habían separado hacía un tiempo no muy prolongado, estaba sentada en el auto de mi papá del lado del acompañante, yo quería bajar rápido porque quería volver con mi mamá, recuerdo que estaba incómoda, no quería estar ahí, pero aún era pequeña como para animarme a decir NO. Antes de bajarme del auto mi papá me repetía cuánto me quería y me insistía para que le dijera que lo quería, era pequeña pero a pesar de sentir la obligación de quererlo no pude decírselo porque al mirarlo a los ojos cuando me decía que me quería solo podía pensar en cómo me mentía tan descaradamente.
     Tenía 6 años y ya sabía que la primer persona, el primer hombre que debe amarte me mentía sin ningún problema y mirándome a los ojos. Hoy no tengo ningún tipo de relación con él, pero me pregunto, ¿hasta dónde sus actitudes influyeron en mi personalidad? Si el primer hombre que debía amarme no lo hizo ¿cómo puedo esperar que otro hombre lo haga?
La desconfianza es mi bandera, y la muralla que he puesto entre los demás y yo es cada vez más difícil de traspasar, ¿hasta dónde las palabras de mi papá que no concordaban con su total desapego emocional en sus actos, repleto de ausencias, silencios y desprecios, terminaron por convencerme de que nunca nadie me amará? Y no solo eso, sino que lamentablemente al momento de involucrarme sentimentalmente termino con alguien que hace repetir mi historia infantil, así es como termino mirando aquello que no debo, involucrándome con hombres que dicen quererme pero, como aquel día a mis 6 años en el auto, lo miro y sé que es mentira, pero entonces, porqué busco lo que ya sé que me hará daño? Masoquismo a full que me deja a veces fuera de combate.
     El tema es largo, puedo atribuir a la mayoría de mis defectos, inseguridades y debilidades raíces profundas que se fijaron fuertemente desde mi mas temprana edad pero también es una forma de no hacerme responsable de la parte que me toca.
     El asunto es echarle la culpa siempre a los padres jaja. Seguiré en otra oportunidad buscando más culpas para echarles!

Hasta la victoria, siempre!!!!!!

sábado, 25 de junio de 2011

El cielo de los leones.

¿Qué es primero, la seducción o el deseo? Quizás van alternando sus hallazgos y equívocos. ¿Tras cuánto tiempo de anhelar algo, llega hasta nuestros ojos y nos rinde como una sorpresa? Ya creemos olvidado un deseo, ya no lo acoge nuestra piel, desde hace siglos que no cerca nuestra inteligencia, y vuelve un día como un milagro, justo como si irrumpiera en el primer momento en que lo deseamos. Extraña correspondencia la que existe entre los deseos y la seducción.

Yo paso tardes enteras ambicionando la luna que abre un río de luz sobre el mar frente a Cozumel, busco el modo de hacer el viaje, de coincidir con la noche de luna llena para dormirla bajo su embrujo, marco en la agenda la mañana en que saldrá el avión y, a partir de ese momento, aunque falte un mes, ya me interrumpe en las madrugadas el afán.

Por fin llego al mar y a la puesta de sol, al pescado frito, al aire húmedo y tibio de un regazo. En la noche me tumbo a esperar que la luna vaya subiendo hasta que me duermo quién sabe a qué horas. Medio despierto a veces y la miro unos minutos, vuelvo a dormir bajo ella hasta el amanecer. Todo sale de mí, el deseo y la seducción. Yo he ido a buscarla, yo me rindo a su encanto, ella se queda impávida, y cuando vuelva a flotar sobre el agua, dentro de un mes, no extrañará mis ojos, ni mi delirio contemplándola. ¿O sí?

Si los Santos Reyes no existen, si las noches iluminadas esperándolos, si el vilo de los días previos a la clandestina llegada de nuestros padres con los regalos, si todo eso no fue producto sino del deseo de que fuera cierto, me pregunto por qué la pura fecha me seduce y me rinde a su recuerdo. Tal vez nada sea más seductor que lo que inventamos para que luego nos seduzca. ¿Deseamos una voz, la palma de unas manos, la punta de unos dedos? ¿Desde abajo hasta arriba deseamos unas piernas? ¿O es que todo eso nos sedujo mucho antes de que imagináramos el deseo? ¿Qué será?

Yo no hubiera querido un chocolate si de ellos no saliera ese olor a trópico y arrebato. Pero todo fue probarlos, ¿y qué tarde no quiero un chocolate? A cuántas pequeñas seducciones hay que negarse. Ahí está una copa de vino blanco haciéndome pensar en la risa entregada y fácil que me produce al darle dos tragos. ¿Cuándo fue que me sedujo el vino blanco? ¿Cuándo el pan, las aceitunas, el azúcar? ¿Por qué incluso el encuentro con esas seducciones tiene que controlarse?

A cada quien lo seduce un abismo distinto: yo podría ir al cine mañana y tarde todos los días, podría comer en desorden, todo lo que la edad y las razones de mi cintura quieren prohibirme, querría abrazar y abrasarme mil veces más de las que puedo. Yo me dejo caer en los recuerdos, me persuaden durante horas a la hora menos indicada.

De todos los pecados que condena la Biblia, el primero es rendirse a la seducción. Yo lo cometo a diario, no sólo para contradecir las instrucciones bíblicas, sino porque a veces cuesta vivir, y no hay como abandonarse a la seducción para encontrar, cada jornada, los mil motivos que tiene la vida para hacer que la veneremos. Todos los días nos seduce algo nuevo. El color de la tarde, la luz con que descubren el sexo los adolescentes de la casa, la inteligencia con que descifran el mundo, la falda nueva que se puso ella, la viejísima playera que volvió a ponerse él.

Cualquier mañana puede una carta convertirnos en jóvenes, cautivar nuestra índole hasta hacernos creer que la piel de los veinte años se recupera invocándola. Y ¿cómo negarse a semejante seducción? ¿Para obedecer cuál lógica? ¿Para encontrar cuál consuelo? ¿El que se cifra en el entendimiento? Sabe uno bien que se hace de noche, crecen los adolescentes, deja de haber cartas, tenemos la piel que cruza por nuestros años. Sin embargo, qué maravilla cada momento frente a la seducción del momento. Eva estuvo para lamentarlo, nunca uno de nosotros. Nunca quienes no quieren ahogarse en este tan renombrado valle de lágrimas.

Contra cada lágrima el buen conjuro de un deseo, para cada instante en que se nos agoten los deseos, el alivio y la insensatez de una seducción. A ratos, movidos por la cordura y las leyes, tendemos a acusarnos de fáciles, de excedidos, de tontos: nunca debí enredarme con las nubes, nunca cantar en público como bajo la regadera, nunca subir de golpe estos tres kilos, nunca irme a Venecia con la imaginación, nunca dormir en el piso ¿qué? del edificio ¿qué?, ¿en qué ciudad? Nunca creer en los hábitos de la locura. Nunca desafiar la sensata palabra de la sensatez.

No hay nunca que valga, y como decía tía Luisa, cielo hay para todos, hasta para los leones debe haber un cielo. Por eso nos atrapa la seducción. Porque, ¿qué es la bendita seducción, sino el sueño de que hay tal cosa como el cielo?



Mastretta, Ángeles
El cielo de los leones

Buque marron

Sucede que me canso de ser hombre...
Sucede que entro en las sastrerias y en los cines marchitos, impenetrable como un cisne de filtro, navegando en un aguo de origen y ceniza.
El olor de las peluquerias me hace llorar a gritos. Sólo quiero un descanso de piedras o de lanas. Sólo quiero no ver establecimientos, ni jardines, ni mercaderias, ni anteojos, ni ascensores.
Sucede quq me canso de mis pies y mis uñas, y mi pelo... y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.
Sin embargo, seria delicioso sustar a un notario con un lirio cortado o dar muerte a una monja con un golpe de orejas. Seria bello ir por las calles con un cuchillo verde y dando gritos hasta morir de frio.
No quiero seguir siendo raiz en las tinieblas, vacilante, estendido, tiritando de sueño, hacia abajo en las tripas mojadas de la tierra, absorbiendo y pensando. Comiendo cada día.
No quiero para mí tantas desgracias...
No quiero continuar de raiz y de tumba, de subterraneo solo, de bodega con muertos..........muriendome de pena.
Por eso, el día lunes arde como el petróleo cuando me ve llegar con mi cara de carcel y aulla en su transcurso como una rueda herida y da pasos de sangre caliente hacia la noche. Y me empoja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas, a hospitales donde los huesos salen por la ventana, a ciertas zapaterias con olor a vinagre, a calles espantosas como grietas.
Hay pajaros de color del azufre y horribles intestinos colgando de las puertas de las caa que odio.
Hay dentaduras olvidadas en una cafetera.
Hay espejos que debieran haber llorado de verguenza y espanto.
Hay paraguas en todas partes.... y venenos.... y ombligos.
Yo... paseo con calma, con ojos, con zapatos, con furia, con olvido.
Paro. Cruzo oficinas y tiendas de ortopedia, y patios donde hay ropa colgada de un alambre

domingo, 19 de junio de 2011

10 cosas que odio de mí.

MOSTRANDO LA HILACHA...

Aburrida, con insomnio y sin ganas de nada me pongo a ver esas pelis que tengo guardadas para estos momentos de desgano fatal, la peli se llama "10 cosas que odio de ti" y mientras la veo y preparo mate me pongo a pensar en 10 cosas que odio de las personas que conozco y en las 10 cosas que odio de mí; asi que acá van las mías:

1- odio preferir quedarme en casa viendo pelis o leyendo un sábado x la noche en vez de salir (x q luego debo bancarme que digan que "no disfruto de la vida (?)" )

2- odio cambiar de metas y gustos como Moria Casán de bombacha

3 - odio no poder poner deacuerdo a mis múltiples personalidades. -

4- odio tener ideales tan firmes que me llevan por caminos que me cuesta transitar

5- odio tener tantas ganas de hacer tantas cosas y tan pocas fuerzas para empezar alguna.

6- odio no saber que quiero hacer de mi vida

7- odio pensar y soñar y pensar y soñar y pensar y soñar y pensar y soñar, soñar, soñar....

8- odio ser tan fiaca para ir a la playa cuando me encanta

9- odio que sus ojos verdes no se vayan de mi memoria

10- la terrible incapacidad de poder disfrutar de las pequeñas cosas.


Y cuáles son las 10 cosas que odias de vos o de alguien más??

sábado, 11 de junio de 2011

Confesiones...

Confieso que he soñado...y he tratado de convencerme de la realidad. La de los demás.
Confieso que he creido...y hasta ese espejismo me parecia palpable. El de él.
Confieso que he vivido...y he muerto con cada una de las palabras que asimilo. Las de todos.
Confieso que he buscado...y he perdido al tratar de no perderme en el silencio. El mio.

Confieso que ha pesar de todo, sigo soñando, sigo creyendo, sigo viviendo y, aunque me duela, sigo buscando.
...Y entre confesión y confesión, se desarman mis palabras sin que nadie mas que yo las contemple, sin otra mirada mas que ésta que entiende que todo su significado subjetivo, debería ser objetivo.
Tan dificil es?

martes, 31 de mayo de 2011

sábado, 21 de mayo de 2011

El espejo y sus sombras

   Una cuenta pendiente, eso es lo que este texto es. No es ni un intento de dar lástima ni victimizarme, por el contrario. Al principio creí que lo hacía por que se lo debía a quién me pidió escribirlo, pero luego me di cuenta que era solo una cuenta pendiente conmigo, porque me debo mil palabras escondidas bajo mi silencio, porque solo cuando salen a la luz y vemos su dimensión podemos hacer algo con ellas, pelear, luchar por lograrlas o por destruirlas. Esta es una cuenta pendiente con la parte de mí que quiere seguir luchando día a día y pelea con el monstruo interior que intenta devorarla cada mañana.


    Le pregunto a la imagen que me mira en el espejo:
-¿Por qué no comés?
 Ella me miró, la muy cobarde no hacía otra cosa que imitar mis gestos, no hay nada más cobarde que un espejo.
Ante el silencio, repito mi pregunta con vos más fuerte y dura:
- ¿Porqué no comés?
- Porque no tengo hambre!!, es simple, no sé porque preguntás algo tan obvio- gritó.
- Pero no se trata solo de comer porque tenés hambre, tenés que comer porque no estás bien de salud, eso es lo obvio; no estás bien y tenés que comer aunque no tengas hambre.
- Sabés que me da asco comer sin hambre, sabés que lo he intentado mil veces, que lo intento y lo intento, no me  vengas con reproches!!
- Pero intentarlo no es suficiente, tenemos que mejorar!
- Ya lo sé!!,¿te crees que yo no te veo desde acá?, del otro lado del espejo veo tu imagen flaca, y hago el esfuerzo, pero no tengo ya más fuerzas, estoy cansada.
- Ya lo sé pero...
Y dos imágenes a los laterales del espejo central aparecieron de repente. Inmediatamente me di cuenta que ellas eran diferentes a la imagen del espejo central.
- Hola!- les dije, pero solo me miraban, una con rostro de enojo, de frustración; la otra de placer, parecía estar contenta con la situación.
- Hola - repetí y la imagen enojada pegó un grito:
- ¿Sos o te hacés? - y fijó su mirada en mí.
No me animé a hablar, ella no quería escucharme, solo siguió hablando
- Tenés que comer, sos un esqueleto, ¿no ves lo fea que estás?, siempre haciendo cosas para lastimarte, siempre fracasando.Mirate, no estudiás, trabajás en un lugar que no te gusta, que has llegado a odiar, no hay nada que te guste, no tenés sueños, anhelos, gustos, ganas; sos un ente, un potus tiene más vida que vos!!.
La otra imagen, la que parecía complacida por la situación, reía a carcajadas, mientras mi imagen central y yo llorábamos a mares.
- ¿Estás triste?- preguntó la imagen sonriente- y si no hacés nada bien, ¿cómo pretendés estar?. Sabés quién soy yo ehh??, sabés?.
- No- Respondí, pero lo sospechaba.
- Ese día que te entregaron una muy buena nota cuando estudiabas Letras yo te hice tomar la desición de abandonar.
- ¿Por qué hiciste algo así?, ¿por qué me hacés esto?
- No me llores, no me conmovés. Siempre llorás cuando yo actúo por vos. Soy la parte tuya que te da lo que te merecés, y hasta ahora no he visto que te merezcas nada, por eso te saqué de Letras, porque ibas muy bien y si seguías obtendrías un título, y ¿vos te merecés un título?, no!! ¿te merecés comer? No !!.te merecés dormir? No!! y menos seguir estudiando. Estás en capilla hasta que hagas algo bien de una vez por todas.
- Pero así como estoy no puedo hacer nada.
- ¿Y antes? ¿Cuándo estabas bien? qué excusas tenías?. Sos una fracasada, y los fracasados que han desperdiciado cada minuto de cada hora, de cada día de sus vidas, no se merecen ni respirar, son muertos en vida. Vos nunca hiciste nada bien, nada bueno; siempre cansada, siempre estancada, qué flojera!!. No hacer las cosas en su momento trae consecuencias sabías?.
- Si.
- Entonces bancátela!! - y desapareció
Me quedé sola con mi imagen que lloraba igual que yo, no supimos que decirnos; atiné a darme vuelta pero ella preguntó
-¿Alguna vez lograremos vencerla?. ¿Alguna vez podremos disfrutar de las pequeñas cosas y sentirnos dignas de merecer cosas buenas, alguna vez seremos felices?
-No lo sé- le dije llorando, y ambas nos marchamos.



jueves, 19 de mayo de 2011

Alguien en mi dormido...



"Un dia en Mexico, salia yo de la oficina y veo venir un taxi ocupado, y cuando se acerca me doy cunta que viene vacio, no hay nadie al lado del chofer como yo creia, y hago una seña atrolpellada y el chofer frena de golpe y monto. Me disculpo por mi aparente torpeza y el pobre hombre se lamenta. -Ya ve usted, me tienen jodido, con esto que ven siempre alguien aqui. Antes era solo de noche, nadie me paraba, pero ahora es de dia tambien, yo no se que hacer..."
Gabriel Garcia Marquez
"La bendita mania de contar"

Este cuento me inspiro a escribir algo tambien, sin merecer comparacion con el autor. solo queria que sepan de donde nacio la idea...Acepto criticas.

No recuerdo el dia que comenzo, pero sentia su presencia todo el tiempo.
Como una sombra en el espejo, murmullos de una canilla que gotea, un calor que me abrazaba de noche.
Vino como una brisa, un deseo. Sin preguntas, sin respuestas. Y poco a poco lo considere mio.
Tenia necesidad de hablar con el, aunque no tuviera nada que decir, murmuraba.
Al principio me miraban y hacian preguntas incoherentes, creian que habia perdido la razon. Despues feron acostumbrandose a mis "monologos" y sus preguntas parecian ironicas y agresivas, pero yo igual les contestaba o solo sonreia.
Ya mas adelante, las preguntas cesaron y evitaban mi presencia o, no percataban mi ausencia.
Empeze a sr invisible...
Fue cuando comenze a verlo.
Era una imagen idealizada de mi, mas formal, con aire inteligente, seguro.
Todavia no lo oia claramente, parecia mover los labios y por mas que me esforzaba, no lo oia.
Iba conmigo a todas partes y aprendia de mis gestos.
El dia que pue sentir su cuerpo debajo de mis dedos, estos se disolvieron.
Y vi como mis amigos pasaban a travez de mi para saludarlo.

lunes, 16 de mayo de 2011

Guaitaa!!! se viene la lista negra... fijate si no estás en ella.

Bueno cheeeeee....no se puede caerle bien a todos y que todos te caigan bien, a veces me pongo un poquito de mal humor, de vez en cuando algo o alguien me cae mal, buenooo, quien dice de vez en cuando dice muchas... quien dice muchas dice siempre; pero es que la gente me da motivos!! una intenta no sucumbir ante la tentación del sarcasmo y las miradas de pronóstico reservado o las puteadas internas pero es imposible, Dios, Alá, Jehová, Jebús o como quieran llamarle me pone a prueba todos los días poniendo en mi camino gente indeseable, gente rara, insoportables, es decir... igualitos a mi, y conmigo ya tengo bastante! Un poco de piedad por favor!! Barbudo, dejá de ponerme a prueba, no te diste cuenta todavía que no pasé ninguna hasta ahora?
Acá va mi lista de situaciones y personas que me sacan de quicio:

Mi lista Negra.. 

Situaciones:
N°1
En el trabajo, subiendo las escaleras, estoy en el segundo y alguien está parado ahi justito donde pegás la vueltita para seguir bajando o subiendo, mirando las escaleras como si fueran una nueva invención del siglo XXI
Joven aneuronal: disculpame, trabajás acá?
 Yo: educadamente dejo de bajar las escaleras y le contesto - Si, trabajo acá (mientras pienso, si tengo un ambo que dice Hospital Interzonal, donde voy a trabajar? en Mc Donald? -qué necesitás? le pregunto sintiéndome la gran samaritana por solo preguntárselo.
Joven Aneuronal: en que piso estamos?
Yo: en el segundo
Joven Aneuronal: y para ir al 3ro como hago?
Yo: ¬¬    subí un piso más... (y cuando pases por la ventanita hacele un bien a la humanidad y tirate!!)
Joven Aneuronal: ahhhhhhhhh gracias!!! - y baja las escaleras...
Yo: (WTF)

N°2
Voy a entrevistar a un paciente nuevito, entro a la sala y pregunto:
Gómez? Daniel Gómez?
Sala repleta de pacientes mirándome... cri cri cri
Voy a enfermería:
-cheeee, en la sala no hay ningún Gomez
-siiii, es el chiquito de la cama 41.
Vuelvo a la sala esta vez derecho a la cama 41 y ahi estaba Gómez lo más campante.
Yo: vos sos Daniel Gómez?
Gómez: si, soy yo
Yo: y por qué no respondiste recién?
Gómez: porque pensé que preguntabas por otro Daniel Gómez
Yo: ¬¬ .... te voy a hacer unas preguntas dale?, tu número de documento?
Gómez: aaaaahhhh nooooo mirá que me voy a andar acordando de eso, noooo, ni idea
Yo: ..... buee, tu fecha de nacimiento?
Gómez: cri cri cri... no entiendo la pregunta.
Yo: (cada vez más ¬¬) .... que cuando es tu cumpleaños!!
Gómez: ahhhh, el 14 de abril
Yo (transformada): y que festejás ese día?
Gómez: cri cri cri
Yo: bueno, cuando vengan tus papás avisame y le pido los datos a ellos sabés? (andá a cagar!!!! LPM)

N°3
Adentro de la sala, reunión de médicos imposible de interrumpir, afuera, un montón de personas esperando a esos médicos, amontonadas contra la puerta como si eso les diera alguna ventaja.
Golpean con insistensia, abro
Mujer rubia: hola, se encontraría el Dr Fulanito?
Yo: (respondiendo bien fuerte para que TODOS escuchen) - Sí señora, están todos los doc, pero en una reunión, no se puede interrumpir, cuando terminen los van a atender, no se preocupe!, contenta porque todos escucharon mi respuesta cierro la puerta, pego media vuelta y ... TOC TOC TOC, me vuelvo tranquila (sistema... no me vas a ganar!) 
Hombre insoportable que estaba pegado a la señora rubia y, por lo tanto, escuchó perfectamente mi respuesta
- disculpe señorita,no le avisaría al doc mengano que vine? porque él me citó!
Yo: bueno, como dije recién, NO se puede interrumpir
Hombre insoportable: pero si no le avisás como sabe el doc que yo estoy
Yo: cuando terminen le digo que lo están esperando, si lo citaron lo van a llamar... (bien fuerte de nuevo) a todos los que fueron citados los van a ir llamando después de la reunión.
Cierro la puerta, esta vez llego a sentarme y ... otra vez la puerta..., abro 
Hombre afeminado que escuchó lo que dije antes: -podrías decirle al doc fulano que ya llegué?
Yo: noooo pueeedoooo interruuumpir la reunión, si lo citaron lo van a llamar...
Hombre afeminado: bueno, bueno, espero que después el médico no sepa que estoy...
Hago caso omiso a sus palabras, cierro la puerta, me siento y resignada espero que golpeen, y siii, vuelven a golpear... porqué??? porqué hacen eso??? alguien que me lo explique!!!!!!
Esta vez no atiendo, miro la puerta mientras pienso en buscar en google como fabricar bombas caseras.

N°4
Emergencias... caos total, estás haciendo 500mil cosas a la vez... llega una pareja a la ventanilla de guardia
Yo: hola, qué necesitan?
Pareja: hola, mirá, nos enteramos que un conocido nuestro está internado.
Yo: digame el apelllido y el nombre
Pareja: ayyy no sabemos... 
Yo: sin ese dato es imposible, saben porque vino? qué le pasó?
Pareja: nooo, solo nos dijeron que ayer lo trajeron y que está internado acá.
Yo: sin ningún tipo de dato es dificil... 
Mujer de la pareja hechos el uno para el otro: aahhhhh, chichooo, le dicen chicho en el barrio, es uno morochito, flaquito... por ahi lo usted lo vió...
Yo: (me están cargando???) noooo señora, este hospital tiene 5 pisos, es imposible conocer a todos los pacientes...
Pareja: oooooh, qué lástimaaaa, somos vecinos del barrio, no lo tratamos mucho, pero queriamos saber como estaba... (hay que estar al pedooo)
Yo: qué lástima, si averiguan bien el nombre vuelvan... ( bestiasssss!!! dale que pongo chicho o cholo en la compu y me sale en que cama está internado!!!!!)    

Personas:
* los que mastican chicle haciendo ruido...
*los que en el colectivo se ponen en la puerta de salida y te crees que van a bajar pero solo obstaculizan la puerta
*la gente que aprieta el botón del ascensor como si al hacerlo el ascensor se apurara...
*la vieja (mujer mayor) del quiosco que ya sabe lo que compro siempre yo y todo el mundo y si llevo otra cosa me lo cuestiona (??)
*los que no saben lo que son los auriculares...
*los que cuando te suena el tel hablás y cuando cortás te preguntan: quién era?... (Que te importaaa!!!!!!) 
-Bin Ladem, dice que está vivo (metete en lo tuyoooooo)


Continuará !!!

"13 Lineas para vivir" Gabriel Garcia Marquez

1. Te quiero no por quién eres, sino....... por quien soy cuando estoy contigo.

2 Ninguna persona merece tus lágrimas, y quien se las merezca no te hará llorar.

3. Solo porque alguien no te ame como tú quieres, no significa que no te ame co todo su ser.

4. Un verdadero amigo es quien te toma de la mano y te toca el corazón.

5. La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener.

6. Nunca dejes de sonreír, ni siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes quién se puede enamorar de tu sonrisa.

7. Puedes ser solamente una persona para el mundo, pero para una persona tú eres el mundo.

8. No pases el tiempo con alguien que no esté dispuesto a pasarlo contigo.

9. Quizá Dios quiera que conozcas mucha gente equivocada antes de que conozcas a la persona adecuada, para que cuando al fin la conozcas sepas estar agradecido.

10. No llores porque ya se terminó, sonríe porque sucedió.

11. Siempre habrá gente que te lastime, así que lo que tienes que hacer es seguir confiando y solo ser más cuidadoso en quien confías dos veces.

12. Conviértete en una mejor persona y asegúrate de saber quien eres antes de conocer a alguien más y esperar que esa persona sepa quien eres.

13. No te esfuerces tanto, las mejores cosas suceden cuando menos te las esperas.

domingo, 15 de mayo de 2011

Mirame pronto, antes que en un descuido me vuelva otro

Monografias de otros años tientan con hacerme sucumbir al delito del plagio...contra mi...
contra mis antepasadas vidas.
Comenzare por gritar de forma sublime....FIN!!!
Mi cabeza dio una vuelta de tuerca, ahora mira hacia adelante...
He descubierto hace poco que tengo ojos, alguien me hizo una observacion al respecto.
Muchas cosas han finalizado, mi ceguera, la fe en la ayuda ajena, el silencio; y no quiero precipitarme a los hechos pero creo que poco a poco va muriendo mi autocompasion.
Es hora de decir HOY...
un nuevo comienzo todos los dias...
Cuento en estos momentos con un equilibrio dinamico...no puedo asegurar su continuidad...
Por eso mirame pronto...

sábado, 14 de mayo de 2011

Definiciones según Les Luthiers


DEFINICIONES

INESTABLE:....... Mesa norteamericana de Inés.

ENVERGADURA: .......Lugar de la anatomía humana en dónde se colocan los condones.

ONDEANDO: .......Onde estoy

CAMARÓN: ........ Aparato enorme que saca fotos.

DECIMAL: ....... Pronunciar equivocadamente.

BECERRO: ......Que ve u observa una loma o colina.

BERMUDAS: .......Observar a las que no hablan.

TELEPATÍA: ......aparato de TV para la hermana de mi mamá.

TELÓN:....... Tela de 50 metros... o más.

ANÓMALO: ......Hemorroides.

BERRO: .....Bastor Alebán.

BARBARISMO: ......Colecció n exagerada de muñecas Barbie.

POLINESIA: .......Mujer Policía que no se entera de nada.

CHINCHILLA: ........Auchenchia de un lugar para chentarche.

DIADEMAS: ..........Veintinue ve de febrero.

DILEMAS: ........Háblale más.

MANIFIESTA:........ Juerga de cacahuetes.

MEOLLO:......... Me escucho.

CACAREO:............ .. Excremento del preso.

CACHIVACHE: ........Pequeñ o hoyo en el pavimento que está a punto de convertirse en vache.

ELECCIÓN: .........Lo que expelimenta un oliental al vel una película polno.

ENDOSCOPIO: .........Me preparo para todos los exámenes excepto para dos.

NITRATO:......... Ni lo intento.

NUEVAMENTE: .......Cerebro sin usar.

TALENTO:......... No ta rápido.

ESGUINCE: ......Uno más gatorce.

ESMALTE: ........Ni lune ni miélcole.

SORPRENDIDA: ........Monja en llamas

¿Por qué la gente grita?

Un día Meher Baba preguntó a sus mandalies lo siguiente: ¿Por qué la gente se grita cuando están enojados?

Los hombres pensaron unos momentos: Porque perdemos la calma - dijo uno - por eso gritamos. Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? - preguntó Baba, acaso no es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado? Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía a Baba.

Finalmente él explicó: Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.

Luego Baba preguntó: ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente, ¿por qué? Sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña.

Baba continuó: Cuando se enamoran más aún, qué sucede? No hablan, sólo susurran y se vuelven aun más cerca en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es cuan cerca están dos personas cuando se aman.

Luego Baba dijo: Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, si no llegará un día en que la distancia sea tan grande que no encontrarán más el camino de regreso.

Yo no tengo una personalidad...

Tengo la cabeza que me duele a mares y está a mil revoluciones, ideas, ideas, palabras y más palabras, gritos que no me dejan pensar con claridad, y  quiero escribir pero no me sale nada... como si las palabras se desvanecieran en el momento exacto en que toco el teclado para sacarlas a la luz; asi que no me queda otra que compartir las pequeñas cositas que me gustan leer, aquí va un texto de Oliverio Girondo (ídolooooo) que me encanta y con el cual me siento hiper-ultra-archi (faaaaaaaaaa) identificada.
Espero les guste!
Ahiiiiiiiiiiiiiiiii vaaaaaaaaaaaaaaaa (son de plata y de acero....)

 "Yo no tengo una personalidad; yo soy un cocktail, un conglomerado, una manifestación de personalidades.
En mí, la personalidad es una especie de furunculosis anímica en estado crónico de erupción; no pasa media hora sin que me nazca una nueva personalidad.
Desde que estoy conmigo mismo, es tal la aglomeración de las que me rodean, que mi casa parece el consultorio de una quiromántica de moda. Hay personalidades en todas partes: en el vestíbulo, en el corredor, en la cocina, hasta en el W. C.

¡Imposible lograr un momento de tregua, de descanso!

¡Imposible saber cuál es la verdadera!

Aunque me veo forzado a convivir en la promiscuidad más absoluta con todas ellas, no me convenzo de que me pertenezcan.
¿Qué clase de contacto pueden tener conmigo —me pregunto— todas estas personalidades inconfesables, que harían ruborizar a un carnicero? ¿Habré de permitir que se me identifique, por ejemplo, con este pederasta marchito que no tuvo ni el coraje de realizarse, o con este cretinoide cuya sonrisa es capaz de congelar una locomotora?
El hecho de que se hospeden en mi cuerpo es suficiente, sin embargo, para enfermarse de indignación. Ya que no puedo ignorar su existencia, quisiera obligarlas a que se oculten en los repliegues más profundos de mi cerebro. Pero son de una petulancia... de un egoísmo... de una falta de tacto...

Hasta las personalidades más insignificantes se dan unos aires de trasatlántico. Todas, sin ninguna clase de excepción, se consideran con derecho a manifestar un desprecio olímpico por las otras, y naturalmente, hay peleas, conflictos de toda especie, discusiones que no terminan nunca. En vez de contemporizar, ya que tienen que vivir juntas, ¡pues no señor!, cada una pretende imponer su voluntad, sin tomar en cuenta las opiniones y los gustos de las demás. Si alguna tiene una ocurrencia, que me hace reír a carcajadas, en el acto sale cualquier otra, proponiéndome un paseíto al cementerio. Ni bien aquélla desea que me acueste con todas las mujeres de la ciudad, ésta se empeña en demostrarme las ventajas de la abstinencia, y mientras una abusa de la noche y no me deja dormir hasta la madrugada, la otra me despierta con el amanecer y exige que me levante junto con las gallinas.

Mi vida resulta así una preñez de posibilidades que no se realizan nunca, una explosión de fuerzas encontradas que se entrechocan y se destruyen mutuamente. El hecho de tomar la menor determinación me cuesta un tal cúmulo de dificultades, antes de cometer el acto más insignificante necesito poner tantas personalidades de acuerdo, que prefiero renunciar a cualquier cosa y esperar que se extenúen discutiendo lo que han de hacer con mi persona, para tener, al menos, la satisfacción de mandarlas a todas juntas a la mierda.


Oliverio Girondo

P/D: cuando mi cabeza recupere sus funciones empezaré a escribir euuuu, asi que podrán criticarme con ganas nomás, que este cuerpito argentino se lo banca, que tantoooooo!!
=)

viernes, 13 de mayo de 2011

Si caminas lo suficiente...

"¿Podría decirme, por favor, qué camino debo tomar?
-Eso depende de a dónde quieras ir -respondió el Gato.
-Lo cierto es que no me importa demasiado a dónde... -dijo Alicia.
-Entonces tampoco importa demasiado en qué dirección vayas -contestó el Gato.
-... siempre que llegue a alguna parte -añadió Alicia tratando de explicarse.
-Oh, te aseguro que llegarás a alguna parte -dijo el Gato- si caminas lo suficiente".


                                                                             Alicia en el país de las maravillas. Lewis Carroll



Memoria de elefante.


Desde mi pequeña pecera las cosas no son lo que parecen, todo se ve difuso y lejano, distinto, extraño, casi irreal; pero a veces me pregunto si no seré yo, desde aquí adentro, que veo las cosas tal cual son... eso nunca lo sabré, lo que si supe fue que ni bien te vi acercarte a mí nunca te olvidaría. Al principio tenías miedo, rozabas con tus dedos la pecera, fijabas tus ojos verdes en los mios, aprendimos a hablarnos en silencio, a compartir nuestras vidas, vos allí afuera, yo acá adentro. Un día decidiste aprender a respirar bajo el agua, y sin dudar entraste a mi mundo para cambiarlo por completo... pero no podías quedarte, ese no era tu mundo, tu lugar estaba afuera de mi pecera, fuera de mí, lejos...
Si los peces no tienen memoria, porqué no puedo olvidarte?
   "Una mentira pretende
hacernos creer que nada
se presenta a nosotros por segunda vez.
  ¿Qué sería de nosotros si eso fuese cierto?
Nuestra vida entera depende de que todo
se repita hasta que respondamos
desde nuestro interior.
Puede que la milésima ocasión
rompa el hechizo."

Robert Frost