El mundo desde mi pecera

"Dicen que la memoria de algunos peces apenas supera unos pocos segundos. Tiene gracia si vives en una pecera: a cada vuelta, puedes descubrir y descubrir, una y otra vez, el mismo castillo sumergido. También tiene su inconveniente siniestro. La memoria del pez es tan corta que, a cada rato, debe acordarse de respirar. Toda su vida se resume en una infinita sensación de ahogo."

martes, 26 de mayo de 2015

Extrañarte...



“… Y una tarde notó que él ya no le escribía. Sintió un hueco helado en el pecho y sus huesos hacerse polvo.
Se recostó en el suelo y deseó —por primera vez en su vida— ser solamente agua, ser lágrimas y dejarse absorber por la tierra. Cualquier cosa sería mejor que extrañarle.”


— Malaci (Frida del alma mía)




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